Misión de la NASA comparte que Dart se estrelló con un asteroide

Redacción

Internacional l Tecnología

A casi 11 millones de kilómetros de la Tierra, una nave espacial que viajaba a más de 22 530 kilómetros por hora se ha estrellado esta madrugada española contra un pequeño y desprevenido asteroide que, durante eones, había estado flotando en el espacio sin ser molestado.

La colisión entre la nave espacial Double Asteroid Redirection Test (DART, dardo en inglés) de la NASA y una roca de 152 metros de ancho llamada Dimorphos, que tuvo lugar a las 01:14 a.m. (hora peninsular española), marca la primera vez que los humanos han cambiado intencionalmente el curso de un objeto celestial. También es la primera prueba de una audaz estrategia que podría utilizarse para desviar cualquier asteroide futuro que esté en curso de colisión con la Tierra.

Aunque los científicos confían en que un asteroide lo suficientemente grande como para causar la extinción de todo el planeta no amenazará a la Tierra durante al menos 100 años (después de los cuales es difícil predecir sus órbitas), todavía es posible que nos sorprenda una roca más pequeña, potencialmente destructora de ciudades, procedente del espacio. Y con el tiempo, ya sea en cientos, miles o millones de años, es casi seguro que la vida en la Tierra se enfrentará a una amenaza existencial de un asteroide.

"No me quita el sueño que los asteroides destruyan la Tierra, pero me entusiasma la idea de vivir en un mundo en el que podamos evitarlo en el futuro", afirma Nancy Chabot, del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins, en Laurel (Maryland; Estados Unidos), que gestiona la misión DART. "Éste es sólo el primer paso, pero ¿no es emocionante que pasemos de la ciencia ficción a la realidad científica?".

A casi 11 millones de kilómetros de la Tierra, una nave espacial que viajaba a más de 22 530 kilómetros por hora se ha estrellado esta madrugada española contra un pequeño y desprevenido asteroide que, durante eones, había estado flotando en el espacio sin ser molestado.

La colisión entre la nave espacial Double Asteroid Redirection Test (DART, dardo en inglés) de la NASA y una roca de 152 metros de ancho llamada Dimorphos, que tuvo lugar a las 01:14 a.m. (hora peninsular española), marca la primera vez que los humanos han cambiado intencionalmente el curso de un objeto celestial. También es la primera prueba de una audaz estrategia que podría utilizarse para desviar cualquier asteroide futuro que esté en curso de colisión con la Tierra.

Aunque los científicos confían en que un asteroide lo suficientemente grande como para causar la extinción de todo el planeta no amenazará a la Tierra durante al menos 100 años (después de los cuales es difícil predecir sus órbitas), todavía es posible que nos sorprenda una roca más pequeña, potencialmente destructora de ciudades, procedente del espacio. Y con el tiempo, ya sea en cientos, miles o millones de años, es casi seguro que la vida en la Tierra se enfrentará a una amenaza existencial de un asteroide.

"No me quita el sueño que los asteroides destruyan la Tierra, pero me entusiasma la idea de vivir en un mundo en el que podamos evitarlo en el futuro", afirma Nancy Chabot, del Laboratorio de Física Aplicada (APL) de la Universidad Johns Hopkins, en Laurel (Maryland; Estados Unidos), que gestiona la misión DART. "Éste es sólo el primer paso, pero ¿no es emocionante que pasemos de la ciencia ficción a la realidad científica?".

Para practicar la conformación de esa realidad, la NASA envió a DART a toda velocidad hacia su desaparición. A medida que se acercaba, la nave espacial tomaba furiosamente imágenes de Dimorphos, que rápidamente pasó de ser un puntito de luz a llenar su campo de visión, hasta el momento del impacto, cuando todo se oscureció.

Dimorphos orbita alrededor de un asteroide más grande llamado Didymos, y los dos asteroides no se consideran una amenaza para la Tierra, lo cual es una de las razones por las que la NASA los puso en el punto de mira de la nave espacial DART para esta primera prueba de defensa planetaria.

Descubierto en 1996, Didymos, que significa "gemelo" en griego, tiene aproximadamente 800 metros de diámetro y está relativamente bien estudiado. Sin embargo, nadie había podido ver bien su pequeña luna hasta que el DART se estrelló contra ella. Los equipos han bautizado recientemente la roca espacial con el nombre de Dimorphos, que en griego significa "tener dos formas": una antes del impacto y otra después.

La colisión se asemeja a los desesperados intentos de última hora para salvar a la Tierra de la aniquilación cósmica en las superproducciones de Hollywood. Pero, a diferencia de las tramas cinematográficas para hacer explotar los asteroides antes de que choquen con el planeta, el impacto del DART no fue un intento de arrasar el Dimorphos. Fue más bien un golpe de efecto, un empujón lo suficientemente fuerte como para cambiar la órbita del pedrusco sin romperlo en pedazos.

Para asegurarse de que esta estrategia funcione, será necesario realizar cuidadosas observaciones de seguimiento mediante un impresionante conjunto de instrumentos que ha sido puesto a disposición del sistema Didymos.

Tres minutos después de la colisión, un cubesat llamado LICIACube llegó para vigilar los restos. En los próximos días, la pequeña nave enviará a la Tierra imágenes del lugar del accidente, que los científicos estudiarán para conocer mejor la estructura y la composición del Dimorphos. El telescopio espacial James Webb y el telescopio espacial Hubble de la NASA también estaban orientados hacia el sistema Didymos en el momento del impacto, y Lucy, una nave espacial en camino hacia una extraña población de asteroides que orbita cerca de Júpiter, estaba lo suficientemente cerca como para observar el impacto también.

Fuente: national geographic

#buttons=(Aceptar !) #days=(20)

La experiencia de nuestro sitio funciona mejor con cookies por favor acepta. Learn More
Accept !